La diseñadora de Burgos ha presentado una colección donde conviven el volumen y las siluetas rectas, que muestra mucha personalidad y basada en el movimiento.
La constante fue el largo en la parte de atrás de los vestidos minis por delante, espaldas descubiertas muy bajas y una paleta de colores en rosa, turquesa, blanco y negro principalmente con algunos toques de gris. Lo más interesante y novedoso fue el juego de rotación de la cintura en las prendas.
La clásica camisa blanca siempre presente en sus colecciones esta temporada se alarga y se transforma en vestido.
Este desfile deja bien en claro que en la moda no hay absolutos y eso a mí me encanta, los shorts transformados en culottes con tops sueltos, bermudas en raso para un evening diferente.
La síntesis para mí fue una moda urbana, funcional y elegante:
Fotos: Vogue Espana
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