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martes, 5 de junio de 2012

No a la clonación

Recuerdo que ya en otro post hemos hablado de este tema, lo retomo porque en París me he encontrado con varios de estos avisos en la calle, ya no están sólo en los aeropuertos, y es que los clones o las falsificaciones son un verdadero problema para la industria de la moda y para la economía también...Con humor el mensaje es contundente:






Es conocido por todos que los productos de lujo son uno de los principales sostenes de la economía y la actividad de Francia, es por ello la necesidad de ocuparse de este problema que representan las falsificaciones.
La campaña la está llevando a cabo la Comisión Colbert, un grupo de empresas que se unieron en 1954 con el objetivo de promover las marcas internacionales y de lujo, preocupada por mantener el trabajo artesanal, con alto valor agregado y la autenticidad de los productos.

El daño que causa a la economía además está acompañado por la criminalidad, y las penalidades ahora no solo van a recaer en quienes venden estos productos sino también en quienes los compran, pues claro porque si no hay demanda no hay clon...y según dice la campaña: "En Francia, comprar o llevar una falsificación es una ofensa criminal y puede estar penalizado con hasta 3 años de cárcel y hasta 300.000 Euros de multa".

Se ha comprobado el crecimiento exponencial de las falsificaciones en los últimos años, así es como este Comité apoyado por el gobierno de Francia ha dado máxima prioridad a la protección de la propiedad intelectual de los diseñadores y las marcas, ya que se calcula que esta industria de los clones le significa a Francia entre 30.000 y 40.000 puestos de trabajo menos  por año y 6000 millones de euros en pérdidas.

Mientras escribía esto pensé en el filme italiano Gomorrah, que plantea y muestra esta industria de la falsificación en un submundo de crimen y violencia, con cierta dosis de realismo; y  en ese fenómeno conocido  como La Salada,  el mayor paraíso de las falsificaciones en Argentina.
Les dejo el relato divertido que hace Mayte de la Iglesia de lo que pasa en Madrid con estas cosas, y que ella describe con su particular estilo: Mentira de la buena.

Mi conclusión: "A las auténticas Ladies, tal como lo dice el primero de los avisos, no les gustan las falsificaciones".

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